lunes, 27 de abril de 2009

Fiestas oculares - Aurelio García (17/10/08)



Al mirar la obra de Aurelio García nos preguntamos (parafraseando a Lacan) ¿por qué está allí esta anamorfosis, por qué este palimpsesto? Está allí seguramente para ilustrar mi pensamiento; además de permitir divertirnos como él nos lo propone.
Entremezclados, en ambientes decorados por filetes porteños y escenarios beat: Fidel, Perón, el Che, Eva, Jagger, Cristo,…, conviven dialogando entre las citas a la historia del arte y a nuestra historia.
Rosarino de nacimiento (1964), desde hace un tiempo, ha radicado su residencia y producción en Bariloche; sus obras integran diferentes colecciones públicas y privadas en Argentina, España, Francia e Inglaterra; en estos últimos años hemos podido ver obras suyas en Salones Nacionales (OSDE Región patagónica 2006, Chandon/MNBA 2007, Banco Central 2008, entre otros), como también en exposiciones individuales y colectivas.



Marcelo F. A. del Hoyo
Curador Sala de arte – SOSUNC
(octubre 2008)

Micro-foro de jóvenes del Comahue (octubre 2008)





sábado, 18 de abril de 2009

Playroom (13/9/08)



Tanto el arte como el juego han tenido una fuerte presencia en nuestra cultura desde la antigüedad, vinculándose al momento de fundar nuevos universos, creando leyes propias.
El juego tiene como principio el ser constructor-destructor; es por eso que artistas y niños comparten en el juego el instante de introducir universos al ya existente.
Hoy nuestra sala se convierte en un play room.
¿Por qué volver a jugar?
Preguntémosle a nuestros artistas invitados: Gustavo Cabrera, Paz Miriuka, Ariel Mora, Clarisa Poggi, Celeste Vénica y el Grupo Turbo (Sil Coy, Gera Pichaud, Mati Videla)
¡Volvamos a jugar!
Para eso también hemos invitado a unos chicos que saben mucho del tema: Juan Exequiel González (12), Sabrina Lucero (10), Ulises Pereyra (3), Dolores Poggi (10), Tomás Porta (9) y Lucas Schneider (13)



Marcelo F. A. del Hoyo
Curador – Sala de Arte SOSUNC




El vacío y el caos atentan contra la identidad personal. Se anteponen y obturan la búsqueda del sentido. Necesitamos conciliar con esta realidad, y lo hacemos de diversas maneras, en el encuentro con otros, en el paseo y la diversión, presenciando la danza y la mímica, observando con atención como el actor representa nuestras alegrías y nuestras angustias, siempre buscamos canales de encuentro que respondan a las formas de la cultura y que a su vez, nos permitan pertenecer a un sistema de códigos donde no seamos ajenos, es decir, donde seamos protagonistas activos.

Es necesario que un espacio, que se nos presenta cambiante y peligroso, pueda convertirse en morada, en un verdadero lugar en el cual se constituya la experiencia. Aquella que sea posible relatar, la que podemos modificar a gusto, sabiendo nuestro interlocutor, que lo que está en juego es nuestra habilidad de contar y no la comprobación en la veracidad de los hechos. El espacio debe convertirse en morada porque es en ese orden en donde nosotros preferimos que aparezca el azar. Se trata de controlar la velocidad de la vivencia, de disfrutar su tránsito, de construir sentido a través del tiempo. De poder vivir la experiencia completa, la que no es posible explicar con palabras, porque no siempre nuestro sistema de códigos, de letras y frases alcanza para transmitirla. La experiencia completa que también contiene la idea de unidad de sentido, de significación. Es un gesto, una imagen, la representación, la danza, el sonido y también el juego. Hablamos de la experiencia estética.

El juego como lo más cercano a la idea de organización de un espacio propio y compartido, el de la zona común de experiencias, cabalgando entre la ficción y la realidad, sin perder nunca el sentido de realidad, porque de eso se trata, de conectar con la vida y la cultura, de establecer puentes, de caminar sobre la cúspide de un techo a dos aguas, entre lo real y lo ficcional, corriendo los riesgos, desafiando las alturas y conectando con la experiencia de lo posible. Jugar es combinar los aspectos de la vida cotidiana, y bucear en las formas nuevas, sabiendo que son el resultado de la historia de lo ya construido.
Recobrar la continuidad de la experiencia cotidiana con lo que llamamos arte y estética (y que normalmente vemos distante y selectivo) es tarea también de lo lúdico. Donde es necesario estetizar para imaginar otra realidad, y así, poder habitar los tableros de un orden inventado, y repetir por placer, “al niño nada lo hace más feliz que el otra vez” (Walter Benjamín). Fugaz, simulado y placentero. Tan lejos y tan cerca de la vida común, como el arte.
Prof. Rolando Schnaidler
UNComahue
Curador invitado

Retratos ausentes. Pinturas de Sabrina Mayorga


Partiendo de retratos fotográficos de su propio álbum familiar, la artista realiza un pasaje hacia el soporte pictórico conservando el encuadre, la pose y demás condiciones de reconocimiento del retrato. Pero advertimos, en ese viaje a la pintura, la pérdida de los rasgos de identidad y fidelidad de los allí retratados, rasgos que, por otra parte, constituyen las categorías fundantes del género del retrato.
La tensión está puesta entonces, en la ausencia de personas, en la pérdida de identidad del retratado, apareciendo en su lugar, figuras estelares cuyas huellas de identificación han sido eliminadas. Desde este cuestionamiento al género, las obras nos invitan a la reflexión, abriéndonos la posibilidad de un diálogo con nuestra época, con nuestra propia historia de ausencias y desapariciones.
Resuelto en una clave expresionista, el gesto espontáneo e intuitivo de la artista, confluye en una estética que dialoga con el pop, el afiche, el panfleto, y el graffiti, propio de las prácticas con las que opera el arte contemporáneo.

La selección del cuerpo de obra nos permite recorrer y apreciar tres instancias del proceso de producción. En un primer momento, obras que guardan relación con técnicas provenientes del grabado, en las que vemos un trabajo de marcado carácter lineal y gestual. Valiéndose de las cualidades expresivas que le brinda el taco de madera, deja inconcluso el proceso formal propio de las artes gráficas. A partir de estas obras, podemos trazar un eje que nos conduce a producciones posteriores, pinturas de mayor formato, que conservan la impronta del gesto y la oscuridad de la paleta como recurso exploratorio. En estas pinturas podemos observar un paulatino proceso de desmaterialización y síntesis de las figuras, y un ocultamiento, tras la acción dramática de la pincelada, de la pose gestual, socialmente adoptada, de quien va a ser retratado para una foto del recuerdo familiar.
Las pinturas expresionistas pop, que completan la serie y se corresponden a su producción actual, resultan ser retratos de figuras ambiguas, llenas de drama y color, por medio de un gesto pictórico libre, convertido ya, en un estilo particular de autor.


Sabrina Mayorga, artista y docente de la ESBA, actualmente vive y trabaja en Nqn.


Carmen Di Prinzio
Estefanía Petersen
Curadoras

sábado, 11 de abril de 2009

La ciudad reflejada (06/06/2008)


La ciudad es una de las temáticas promotoras de la producción artística; lugar central que ocupa debido a que es ella la que marca el ritmo de nuestra vida cotidiana. Los artistas se le han acercado para imaginarla, intervenirla y representarla; mostrándola como un espacio vivible, pero también como el escenario de todo tipo de confrontación.
En el contenido de la muestra hallamos memorias, deseos, signos de un lenguaje; lugares donde sus habitantes intercambian palabras, recuerdos, ilusiones y utopías en la medida que, con intereses no específicamente artísticos, no es sólo la visión del arte lo que se quiere cambiar sino también una forma de vida.
¿No será, acaso, que la imagen de una Casa de Gobierno “feliz” (representada dos veces en esta muestra) es una forma de “protección”?
Desde la etapa territoriana nos acompañan pinturas de dos inmigrantes Rolando Haltrich y José Falleti, quien firmaba il sarto, haciendo alusión a su oficio de sastre, registrando afanosos la ciudad que construyen
Tres arquitectos, devenidos artistas, confluyen en esta instancia para seguir construyendo: Liliana Montes Le Fort (pintura), Silvina Sosa (arte digital) y Carlos Juárez (dibujo)
Valiéndose de la fotografía, Ana Zitti, con humor, nos muestra a la ciudad-escombro, en la que los personajes juegan, como Alicia, detrás del espejo.
Por su lado Celeste Vénica reflexiona sobre la ciudad que habita re-fundándola in-situ, desde un universo lúdico y melancólico.
Esta muestra, como dice Ítalo Calvino en una conferencia de 1983,: “se abre y se cierra con las imágenes de ciudades felices que cobran forma y se desvanecen continuamente, escondidas en las ciudades infelices.”

Prof. Silvia E. Busqueta
Curadora invitada –
Docente del departamento de Historia,
Fac. Humanidades – U.N.Comahue
Prof. Marcelo F. A. del Hoyo
Curador – Sala de Arte - SOSUNC

Javier Lodeiro - Pinturas (18/04/2008)



Coleccionista de relatos que cohabitan; como un Ulises va recogiendo experiencias de sus viajes por los paisajes de la Historia, de Mitos y de Leyendas, combinándolos en un mismo espacio y un mismo tiempo, sin temor a los anacronismos.
Escritor de lo cotidiano, lector de su cosmos.
Javier refunda mundos, pintando con acrílico sobre tabla, en un mismo firmamento de música y literatura, con la saga más diversa de personajes de viejas tradiciones fantásticas arrancadas de sus lecturas adolescentes.
Uno o dos zigurates sirven de telón de fondo al diálogo silencioso entre el Minotauro que, fuera de su laberinto, espera atento el arribo de sus siete doncellas y sus siete mancebos (que quizá jamás lleguen) y sirenas de canto sordo que-no-encanta…
… desde el árbol las glicinas de perfiles femeninos vigilan atentas los cercanos movimientos del pájaro virtuoso...
… un desfile de elefantes dalinianos sostiene el fondo escenográfico de aquellos mandriles sabios, como salidos de una vieja serie de TV, compiten con el hombre por el lugar que otrora ocuparan los griegos en el ágora…
… el cancerbero vigila atento, con la actitud de una mascota retozona, el hallazgo del anillo prodigioso…
Parecen cuestiones generacionales las que me unen a Javier y a Raúl Cadús (curador invitado; docente de la UNComahue), pero veo que es ese cosmos atemporal lo que nos hace estar.


Marcelo F. A. del Hoyo
Curador (abril de 2008)


La experiencia estética en pintura ha sabido ser, en la historia del arte argentino, por lo menos desde Xul Solar, una ventana herméticamente abierta a la experiencia metafísica. Una experiencia que nos pone en contacto con una dimensión que trasciende la experiencia cotidiana del trato con el mundo, en la que sin embargo éste se nos muestra como en una de sus formas originarias, inmemoriales. No diría que más verdadera, porque es una maña del arte estar más allá de lo verdadero y lo falso, y ya ni siquiera más profunda, porque puede experimentarse, como en Lodeiro, como una metafísica expuesta en la superficie de un espacio intrarior. En la superficie la mirada del espejo de agua contemplándose en una mujer de piel de Namibia, crepuscular y serena como en un cuadro de boutique. En el origen las botellas flotando en la capa cretácica de un erotismo sin tensión ni objeto del deseo, puro en sí mismo, Celeste al borde de una beatitud pagana. A veces la obra de arte devela algo de lo que ya era pero que no estaba. … un estado de ser intemporal, un pensamiento sensible, percepción del objeto, de la figura, sin drama ni alegoría surrealista. Los objetos desprendidos del uso, la figura en éxtasis, la geometría de una pasión suspendida en el equilibrio lábil de su propio erotismo; lo intrarior es hoy sin tiempo y espacio sin afuera y sin adentro. Radiografía de un estado de ser intrarior, una capa arqueológica inusitada, ¿es la superficie del acrílico el abismo suave de una caída quieta como un perfil de animal egipcio o un sticker? A veces la experiencia estética-metafísica es la de una especie de sentido común recuperado.


Raúl Cadús
Curador invitado – docente UNComahue

Gala de presentación (06/04/2008)


Una doble presentación en sociedad surge en la región del Comahue: por un lado un nuevo espacio que promueve la circulación de producción artística, de la mano de una obra social (SOSUNC) que amplía así su función como tal, y por otro lado un grupo de seis artistas invitados convocan a sus noveles pares a presentarse ante la comunidad y a compartir su universo.
Una lente reúne a Ana Zitti y su invitada Carolina Guajardo; en ambos casos podemos ver a las artistas irrumpiendo en el lugar de la modelo: la primera retratándose a si misma en un acto performático, sometiéndolo a medios digitales; mientras que Carolina se inviste en un personaje místico religioso que ocupará el lugar de un altar doméstico.
Entre la obra de Stella Maris Provecho y la jovencísima Ailín Tornatore circulan la palabra y el objeto. Una caja conteniendo la imagen pictórica de un corazón, al que Ailín sugiere acudir en caso de ausencia; su anfitriona nos presenta la lectura de tipos lúdicos encapsulados bajos copas de cristal cargadas de historia.
La pintura asiste a la reunión de la mano de dos de las duplas en sala. La abstracción es el eje común en la experiencia de Gabriela Erazun y el desenfado en el color de Rosario “Tota” Cufari; la figuración hermana la obra de Ana María Alcalde, visitando nuestra historia del arte y la de Analía Herbel sobrevolando un mundo de naipes.
El grabador Marcelo Sewald invitó a su discípula Ivana Alan. En ambos vemos puntos comunes en la temática, pero encontramos en el oficio de Marcelo la pericia de los clásicos litógrafos, mientras que en Ivana apreciamos el juego rayano el expresionismo.
Las escultoras Lucía Seijo y Silvina Signe, se aproximan al volumen desde distintos lugares, una lo hace jugando con la incorporación de materiales no convencionales y la otra somete a la madera con la astucia del joyero.



Marcelo F. A. del Hoyo
Curador

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